Lo bueno del ganchillo es que es muy discreto, más que el punto diría yo, lo que nos permite concentrarnos en los puntos cadeneta, bajos, altos,... en el sitio más inesperado. Nos olvidamos de todo lo que nos rodea y a una velocidad equiparable a la de la luz, nos damos cuenta que estamos contando 23 puntos bajos, 24, 25,... modo desconexión activado.
Por muy discreto que sea el hobby, mínimo necesitamos un ganchillo, un ovillo, un marcador, unas tijeras y opcionalmente el patrón. Todos estos cachivaches tienen que quedar recogidos en algún sitio cómodo y práctico. Mi primera opción, desde que empecé, ha sido una bolsa de plástico de farmacia. De farmacia? Si si, no corre tanto mi profesión por las venas para llegar hasta este nivel de dependencia, es solo cuestión de tamaño. Porque sí, el tamaño importa y quien diga lo contrario... miente!! Todo este batiburrillo de objetos ganchilleros caben perfectamente en una bolsa de plástico pequeña, las típicas de farmacia. Si es que todo tiene explicación en esta vida!!
El problema de las bolsas de plástico en general y las de farmacia en particular es que son más bien poco glamurosas y necesitan recambio periódico. Un claro marcador de esta renovación inminente es cuando el logo de la farmacia ha perdido toda definición. El problema o la suerte, es que mis visitas a la farmacia son escasas por lo que se llega a un punto en el que no tienes recambio y no tienes más remedio que coger la bolsa del carrefour y hacer una pequeña maraña de plástico porque te sobra bolsa por todas partes.
Llegados a este punto, pensé que era necesaria una solución, una tote bag chiquitita que pudiera lavar sin problemas y aportase ese toque de distinción necesario.
Entonces ocurrió, mi tocaya Laura de Creavea contactó conmigo para que probase sus productos. No fue fácil encontrar lo que necesitaba entre tal cantidad de artículos, os aseguro que tienen de todo, pero creo que al final la elección fue la correcta. Creavea abrió sus puertas en 2005 y desde entonces no han parado de crecer. Ubicados en Francia, disponen de todo lo necesario para cubrir un amplio abanico de manualidades.
Supongo que si habéis llegado hasta aquí es porque os apetece verla verdad?
Ha sido facilísimo hacerla. Para ello he necesitado:
- Máscara corazón hecha con la portrait
- Adornos variados
Lo primero que he hecho ha sido dibujar con lápiz la palabra knitt sobre la tela. Lo he hecho bastante suave para no manchar la tela ya que con la goma de borrar es difícil eliminar todo el lápiz. Como alternativa está la opción de recortar con tijeras directamente las letras o bien hacerlas por el lado del papel (la tela es adhesiva y por el lado de la cola viene con un papel) pero deberéis tener en cuenta que las tendréis que dibujar del revés.
Una vez las letras estaban listas, las he presentado sobre la bolsa y he ido colocando el resto de elementos. He fijado las letras retirando el papel y les he dado unas puntadas con la máquina de coser.
Con la máscara abecedario y la pintura téxtil negra, mediante la técnica del estarcido, he escrito parte de la frase y con la misma técnica pero con la máscara del corazón y la pintura téxtil con purpurina he hecho el corazón. La purpurina queda preciosa.
Como adornos finales he puesto un botón, una chapa y un pequeño abalorio que me regaló María de Marakiscrap y la verdad es que me venía perfecto.
Y dónde está la tela gris? En el interior de la bolsa formando un pequeño bolsillo que se cierra mediante velcro para los ganchillos. Además, se me acaba de ocurrir que puedo perforar con la crop-a-dile o con una perforadora de papel en una de las esquinas del bolsillito para poner el marcador y no perderlo dentro de la bolsa.
El último paso es el toque de plancha para fijar la pintura téxtil, la tela adhesiva y el velcro.
Y... tachán!!
Ahora tengo todos los bártulos gancheriles perfectamente guardados y sin perder una pizca de glamour ;) !!
Nos leemos,